El aumento de la población mundial ha tenido un impacto directo en la demanda de alimentos a nivel global. Con una población en constante crecimiento, la necesidad de alimentar a más personas se ha convertido en una preocupación primordial, intensificando la producción. La proteína cárnica tiene un papel fundamental y aporta una amplia gama de nutrientes esenciales para el cuerpo humano. Dado que la carne blanca es una proteína barata, esta se produce mayoritariamente de manera intensiva, presentando una serie de impactos negativos en el medio ambiente, el bienestar animal y la salud humana, entre los más destacados. Con la ayuda de la tecnología, se pueden mitigar estos efectos adversos derivados de la gran demanda.
Los resultados de investigaciones en proyectos europeos muestran que la tecnología bioacústica permite detectar el estrés de las aves, mejorar las condiciones ambientales en las que se encuentran, así como detectar la efectividad de productos con el fin de poder criar a los animales en mejores condiciones y consumir una carne de mejor calidad.